La búsqueda de hacer menos

Tradicionalmente, durante las vacaciones sigo trabajando y machacando, pero quizá a un ritmo más lento de lo normal. Puede que haya uno o dos días en los que no vaya a la oficina, ni responda a los correos electrónicos, ni siquiera mire los mensajes.

Durante las vacaciones, tenía planes de hacer algunos viajes para una oportunidad de ministerio en el mercado y para buscar la compra de algunas propiedades en una nueva área. Tuve el pensamiento de que todos en nuestra compañía se toman 10 días de descanso, por qué no me tomo 10 días de descanso este año también. Estaba en mi espíritu que Necesitaba tomar un descanso y tomarme un tiempo libreasí que reprogramé mis planes de viaje.

Los primeros 5 días me sentí como si me estuviera desintoxicando de mi vida laboral. Tenía ganas de pasar a la acción, mi cuerpo me pedía a gritos que fuera a la oficina, que revisara mis correos electrónicos... básicamente, que hiciera algo para impulsar la aguja. Luché contra esa sensación y al quinto día por fin pude disfrutar del descanso que me estaba dando, y realmente necesitaba ese tiempo libre.

Salí a mi patio trasero con mi perro y una taza de café y me di cuenta de lo hermoso que era mi patio. Acababa de llover y el aire olía increíblemente fresco. Era un día tan claro que podía ver hasta la isla de Anacapa, que es visible desde mi casa quizá 20 días al año.

Empecé a notar y a disfrutar de los simples placeres de la vida que me había perdido. Tomar un descanso nos ayuda a restablecer y encontrar el equilibrio. 

Salmo 127:1-2 (NLT) - "... Si el Señor no construye una casa, el trabajo de los constructores es inútil. Si el SEÑOR no protege una ciudad, no sirve de nada vigilarla con centinelas. Es inútil que trabajen tanto desde la mañana hasta la noche, afanándose por comer; porque Dios da descanso a sus seres queridos".

Durante este tiempo de inactividad, he podido machacar dos libros que me regalaron justo antes de las vacaciones:

• La implacable eliminación de las prisas por John Mark Comer,
• Esencialismo: The Disciplined Pursuit of Less, de Greg McKeown.

Ambos libros fueron súper poderosos, pero el libro de Greg McKeown Esencialismo: La búsqueda disciplinada de menos realmente me habló profundamente y eso es lo que quiero compartir con ustedes.

Suena un poco como un oxímoron que alguien como yo - el tipo que tiene múltiples negocios en múltiples estados, el fundador de un ministerio de mercado sin fines de lucro, y es un pastor no personal en su iglesia que ayuda a discipular a los líderes empresariales - haría una serie sobre el esencialismo y hacer menos. 

El enfoque no es que hagas menos o trabajes menos, sino que se trata de reconocer lo que es esencial para lo que Dios te llama específicamente a hacer en esta temporada y eliminar las cosas no esenciales diciendo educadamente que no a todo lo demás.

Así pues, en esta serie hablamos de:

1. identificar claramente lo que Dios nos ha llamado a hacer en esta época
2. identificar lo que es esencial
3. eliminando cosas para poder centrarnos en lo importante.

Por ejemplo, durante el comienzo del año nuestra iglesia hace 21 días de oración y ayuno, y yo personalmente decidí ayunar la televisión. No es esencial para mi vida y la mayor parte de ella no es buena para mi espíritu.

Por las tardes, cuando termino de trabajar o de pasar el día, suelo sentarme a ver la televisión durante un buen rato. Ver la televisión es algo sin sentido para mí y me encuentro de vez en cuando con una pausa para revisar los correos electrónicos o los mensajes de texto hasta que me canso. A decir verdad, lo único que no elimino es ver al equipo de fútbol de mi país. Es algo que me gusta hacer, pero el resto del tiempo que paso viendo la televisión no es esencial para lo que estoy llamado a hacer.

Quiero que nuestro enfoque sea un reconocimiento conciso de lo que Dios nos ha llamado a hacer y lo que es esencial para ello. Así nos será mucho más fácil eliminar todas las distracciones.

Colosenses 3:2 (NVI) - "Pongan su mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra."

Pero, ¿qué pasa con las cosas que no son un evidente desperdicio de tiempo, como ver la televisión? ¿Y cuando tenemos muchas cosas en nuestro plato que pueden consumir fácilmente nuestro tiempo?

Permítanme compartir con ustedes una vez que me enfrenté a la decisión de HACER lo que me sentía llamado a hacer en lugar de SER lo que sentía que estaba llamado a ser en esa temporada.

Hace 20 años, se me dio la oportunidad de ser el presidente de una organización local del ministerio del mercado. Durante ese mismo tiempo, era el último año de mi hija y ella entró en el equipo de baile itinerante de la escuela. El reto era que sus competiciones de baile y las reuniones semanales del mercado caían los viernes por la noche. Estaba bajo mucha presión para aceptar el puesto y recuerdo que me tomé tiempo para orar al respecto.

Tenía que tomar una decisión, así que me pregunté : "¿Qué es lo más importante que podría estar haciendo ahora mismo?". 

Realmente me sentí llamada a hacer las cosas del ministerio de mercado en ese momento, pero mientras pensaba en ello, me di cuenta de que este era el único año que me quedaba con mi hija en la escuela secundaria y estar allí para sus competiciones de baile. Decidí que este año iba a estar presente para las competiciones de baile de mi hija y cortésmente le dije a la organización del mercado que no iba a poder aceptar la posición de liderazgo con su grupo.

Ese año, mi hija tuvo entre 25 y 30 competiciones de baile y yo asistí a todas ellas. Incluso ayudé a llevar al equipo a algunos de sus encuentros. Fue una decisión difícil de tomar porque realmente sentí que estaba llamado a hacer el ministerio del mercado.

Mirando ahora hacia atrás, la decisión que tomé fue más esencial para QUIEN Dios me estaba llamando a ser en esa temporada - un padre presente.

Se creó una conexión tan grande entre mi hija y yo, que incluso 20 años después ella todavía recuerda que su padre se tomó ese año para centrarse en lo que ella hacía.

Creo que ese es el núcleo del esencialismo, tomar decisiones que tengan un impacto más duradero.

Me gusta cómo lo dijo Greg McKeown...